2024 promete ser un año favorable para el sector inmobiliario y para quienes buscan adquirir una vivienda en Lima. Expertos del sector han identificado distritos y zonas de la capital donde se ha registrado una reducción en los precios, además de señalar los factores que podrían fomentar esta tendencia.
Tres variables son fundamentales: el precio por metro cuadrado, el tamaño del departamento y el ticket promedio. En mayo, se observó una disminución de precios en distritos como San Isidro y Miraflores (Lima Top), así como en Pueblo Libre, Cercado de Lima y Jesús María (Lima Moderna).
En áreas frente al mar, como Magdalena, hubo una reducción del 5% en los precios, atribuida a una disminución del 10% en el tamaño de las viviendas. Aunque el precio por metro cuadrado subió ligeramente, el precio promedio de las viviendas bajó significativamente. En el centro de Miraflores, la disminución fue menor debido a la reducción de áreas promedio: “El valor por metro cuadrado no aumentó considerablemente, lo que resultó en una reducción del precio final de la vivienda,” explican.
San Isidro experimentó una caída importante en el precio promedio (9%), a pesar de un aumento en el valor por metro cuadrado. La construcción de viviendas pequeñas es cada vez más limitada debido a cambios en los parámetros urbanísticos. Los departamentos de 300 m² a 400 m² son más difíciles de vender por cambios en las preferencias de los compradores.
En distintas zonas de San Isidro, se observaron reducciones del 5%, 7% y 9%, debido a la disminución del tamaño de las viviendas y del precio por metro cuadrado. El mercado ofrece viviendas más pequeñas y asequibles con espacios básicos y zonas de esparcimiento para compensar el tamaño reducido.
En Santa Beatriz, zona cercana a Lince, hubo una disminución en el área promedio de 4 a 5 m², afectando el precio por metro cuadrado.
En el centro de Lima, el precio por metro cuadrado aumentó debido a la poca oferta y a las restricciones en el desarrollo inmobiliario de gran altura, preservación de fachadas y requisitos arquitectónicos más estrictos para mantener el diseño colonial.
Jesús María registró una reducción del 6% en los precios en la zona cercana a Breña, por la Avenida Brasil, relacionada con la disminución del tamaño de las viviendas. En esta área, se pueden desarrollar edificios de hasta 28 pisos, lo que favorece la oferta de viviendas pequeñas. Frente a la Avenida Salaverry, hubo una disminución ligera en los precios, mientras que en zonas cercanas a San Isidro o Magdalena del Mar, los precios por metro cuadrado aumentaron debido a su carácter aspiracional.
Lince, cercano a San Isidro y bien conectado, mostró un incremento en el precio promedio. Desde 2020, ha habido desarrollos inmobiliarios masivos que valorizan otras zonas del distrito. La demanda aumentó, en parte, por empresarios textiles de Gamarra que buscan vivir y trabajar en la misma zona. Santa Catalina, en La Victoria, ha sido una opción atractiva por su ubicación y buenos servicios.
En Breña, cerca de la Avenida Brasil y frente a Jesús María, se observaron varios desarrollos inmobiliarios que incrementaron el tamaño promedio de las viviendas, manteniendo precios altos. En zonas deprimidas, se impulsó el desarrollo de áreas como el Barrio Médico y la zona cercana a la Avenida Aramburú, con edificios altos y áreas comunes que mejoraron los precios de venta.
Para 2024, se proyecta un incremento del 3% en ventas. La oferta es limitada, pero la demanda sigue en aumento, lo que augura un panorama positivo para el sector. En Lima Top, conflictos con normativas municipales podrían retrasar inversiones, pero esto podría aumentar los precios de las unidades existentes.
Finalmente, se espera la aprobación de una ley de financiamiento habitacional, que beneficiaría a los peruanos y ofrecería predictibilidad a la inversión inmobiliaria. Los gremios promueven un aumento progresivo de los presupuestos para subsidios de programas de vivienda. En 2023, la inversión inmobiliaria representó el 9.2% del total, generando 257,000 empleos.